La embolización de la próstata es un nuevo procedimiento que mejora los síntomas producidos por el agrandamiento de la próstata.

EMBOLIZACIÓN PROSTÁTICA
La hiperplasia prostática benigna (HPB) es la neoplasia benigna más frecuente entre los hombres, ya que más del 50 % de los hombres de entre 60 y 69 años la sufren y hasta el 90 % de los que tienen entre 70 y 79 años presentan algunos síntomas de HPB.
Cuando el tamaño de la próstata aumenta, la capa de tejido que la rodea impide que se dilate, haciendo que la glándula comprima la uretra, dificultando la salida de la orina, lo que produce sus síntomas.
Menos del 50% de los hombres con síntomas consultan al médico. Los principales motivos por los que no se consulta son: por considerarlos síntomas normales para la edad (70%), escepticismo sobre la eficacia del tratamiento (50%) y por miedo a la cirugía (25%) (Spatafora S, 2007).
La embolización de arterias prostáticas es una técnica mínimamente invasiva con unos excelentes resultados clínicos, que no produce alteraciones en la función sexual por lo que está indicada en pacientes con Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) que no mejoran con tratamiento médico y quieran conservar su fertilidad.
¿Qué es la HBP?
La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es un agrandamiento no canceroso de la glándula prostática cuya prevalencia aumenta progresivamente con la edad, llegando del 50% de los varones de 60 años al 90% de los mayores de 90 años.
La hiperplasia prostática benigna (HPB) o adenoma de próstata es una de las enfermedades benignas mas frecuentes en el hombre y puede derivar en una hipertrofia benigna de próstata, en una obstrucción benigna de la próstata y en síntomas del aparato urinario inferior (STUI).
Menos del 50% de los hombres con problemas de próstata consultan al médico.
Los principales motivos por los que no se consulta suelen ser por considerarse los síntomas normales para la edad (70%), escepticismo sobre la eficacia del tratamiento (50%) y por miedo a la cirugía (25%) (Spatafora S, 2007).

Cuando el tamaño de la próstata aumenta, la capa de tejido que la rodea impide que se dilate, haciendo que la glándula comprima la uretra.
El crecimiento de la próstata dificulta la salida de orina y suele venir acompañado de síntomas urinarios obstructivos (STUI) como:
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Aumento de número de micciones tanto por el día como por la noche (Nicturia)
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Disminución de la fuerza habitual del chorro.
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Goteo al terminar.
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Necesidad de orinar con apremio o urgencia.
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Se hace necesaria emplear mas fuerza y/o tiempo para iniciar y mantener la micción
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Chorro de orina entrecortado
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Sensación de vaciado incompleto de la vejiga. Infecciones de orina.
- En algunos pacientes, estos síntomas interfieren con los patrones normales de sueño, reduciendo aún más su calidad de vida.
El tamaño de la próstata no siempre determina la gravedad de la obstrucción o los síntomas.
Algunos hombres con glándulas muy aumentadas tienen poca obstrucción y pocos síntomas, mientras que otros, cuyas glándulas son menos grandes, tienen más bloqueo y mayores problemas.

Tratamientos
Tratamiento Médico:
La indicación del tratamiento dependerá de la severidad y molestias de los síntomas urinarios. Estos síntomas se valoran de forma precisa mediante las Escala Internacional de Síntomas Prostáticos (IPSS) , que diferencia tres niveles de afectación: afectación leve (Escala IPSS con valores del 1-7), moderada (IPSS 8-19), y severa (IPSS 20-35).
El tratamiento médico suele ser la primera opción en los pacientes con síntomas moderados (IPSS entre 8 y 19). Incluyen fármacos como los alfa bloqueantes y los inhibidores de la 5-α reductasa (5-ARI).
Estos fármacos relajan el músculo de la próstata a la salida de la vejiga, faciltando la micción. Pueden ser útiles en los casos de dificultad de inicio de la micción y chorro de orina débil. Pero no evitan que la próstata continue creciendo.
Los alfa-bloqueantes pueden presentar efectos secundarios como cansancio, hipertensión arterial, dolores de cabeza, dolores de estómago, etc, que mejoran al abandonar la medicación.
Los 5-ARI provocan disminución de la líbido y el deso sexual, problemas de erección, disminución del volumen del semen e hinchazón y aumento de las mamas.
Tratamiento quirúrgico:
Cirugía transuretral:
En este tipo de cirugía, no se necesita incisión externa. Después la anestesia, el cirujano llega a la próstata introduciendo un instrumento a través del pene. Un procedimiento llamado resección transuretral de la próstata (RTUP) se utiliza para el 90 por ciento de todas las cirugías de próstata realizado para la HPB. Con RTUP, un instrumento llamado resectoscopio se inserta a través del pene. El resectoscopio, que es de aproximadamente 30 cm de largo y 1,5 cm de diámetro, contiene luz para el control de líquido de irrigación y un lazo eléctrico que corta fragmentos de tejidos y vasos sanguíneos. Durante la operación de aproximadamente 90 minutos, el urólogo utiliza un aro de alambre del resectoscopio para extraer el tejido obstructivo de una pieza a la vez. Los pedazos de tejido son transportados por el fluido en la vejiga y luego expulsadas al final de la operación.
La mayoría de los médicos recomiendan el uso de la RTUP siempre que sea posible. Un posible efecto secundario de la RTUP es la eyaculación retrógrada retrógrada, o hacia atrás. En esta condición, el semen fluye hacia atrás en la vejiga durante el clímax en lugar de salir de la uretra.
La cirugía abierta:
En los casos en los que no se puede utilizar un procedimiento transuretral, la cirugía abierta, que requiere una incisión externa, puede ser utilizada. La cirugía abierta se hace a menudo cuando la glándula es muy grande, cuando existen factores de complicación, o cuando la vejiga ha sufrido daños y necesita ser reparada.
La ubicación de la ampliación dentro de la glándula y la salud general del paciente ayudan al cirujano a decidir cuál de los tres procedimientos abiertos es mas conveniente utilizar. Con todos los procedimientos abiertos, se emplea anestesia general y se hace una incisión.
Tanto las técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas como la ablación con láser verde o con microondas, como la resección transuretral (RTU), o la cirugía abierta en los casos de próstatas grandes, no están libres de complicaciones.
Estás técnicas quirúrgicas pueden producir un cierto grado de alteración de la función sexual.
La resección transuretral (RTU) que es la técnica más empleada, no está exenta de efectos adversos.
La complicación más común (hasta 50%) es la eyaculación retrógrada, en la que el semen se dirige a la vejiga en lugar de ir al extremo del pene, produciéndose orgasmos «secos» sin salida de semen.
Eyaculación retrógrada: tras la cirugía se puede alterar el flujo de semen que, en vez de salir, se vuelve hacia la vejiga, produciendo un «orgasmo seco».
La incontinencia urinaria precoz puede aparecer en el 30 a 40 % de pacientes. La impotencia sexual se da en un 5% de pacientes tras la cirugía.
La embolización de la próstata es un nuevo procedimiento que mejora los síntomas producidos por el agrandamiento de la próstata.
Previamente:
Antes de la embolización los pacientes son estudiados por el urólogo, con el fin de descartar un tumor maligno, que contraindica la embolización.
Otra contraindicación es la arteriosclerosis y la tortuosidad avanzada de los vasos pélvicos y prostáticos, que se estudia mediante un TAC vascular o Angio TC.
La insuficiencia renal con unos niveles de creatinina mayores de 2 mg son tambien una contraindicación.
Se estudiará la prostáta mediante ecografía, análisis de Antígeno Prostático Específico (PSA), y pruebas funcionales de la orina como flujometría urinaria, puntuación de síntomas mediante el baremo internacional de la sintomatología prostática (IPSS) , calidad de vida y estudio de función sexual.
Si se considera candidato a la embolización se le realizará un Angio TAC para estudiar los vasos pelvicos y las posibilidades de tratamiento.
Embolización Prostática
La embolización prostática es una técnica no quirúrgica, mínimamente invasiva, que mejora los síntomas de la hiperplasia benigna de próstata sin producir alteraciones de la función sexual.
La embolización de la arteria prostática (EAP) la realizan radiólogos intervencionistas que colaboran con los urólogos para evaluar a los candidatos para este procedimiento.
La Embolización de Próstata, es una técnica no quirúrgica, mínimamente invasiva realizada en la sala de Radiología Intervencionista del Hospital de forma ambulatoria, sin ingreso o con ingreso de un día.
En este procedimiento el Médico Especialista, empleando anestesia local, introduce un catéter muy fino (como un tubito del tamaño de un spaghetti), a través de la arteria de la ingle hasta las arterias que llevan la sangre a la próstata. Luego se dirigen a través del catéter unas pequeñas partículas que embolizan las ramas arteriales a la próstata, reduciendo la llegada de sangre, lo que provoca que la próstata disminuya de tamaño, reduciendo su compresión sobre la uretra y mejorando así los síntomas de obstrucción.

La embolización de arterias prostáticas es una técnica segura que se ha empleado durante mucho tiempo con éxito para el control de los sangrados producidos accidentalmente por biopsias o por la cirugía prostática.
Las pequeñas partículas de embolización cierran la sangre que nutre a la próstata, reduciéndose ésta de tamaño y mejorando la salida de orina.
La técnica requiere la valoración clínica previa del paciente por el servicio de urología (examen de próstata rectal, ecografía transrectal, análítica con PSA, uroflujometría y valoración uro dinámica, escala IPSS, Calidad de vida QoL, y escala internacional de función eréctil –IIEF) así como la realización de un Angio TAC vascular previo a la embolización prostática.
Después de la embolización el paciente tomará un tratamiento antiinflamatorio unos días para evitar molestias y continúa el seguimiento de su evolución por el servicio de Urología de forma ambulatoria hasta que es dado definitivamente de alta.
En ningún paciente sometido a embolización de próstata se han producido alteraciones de la función sexual.
La embolización de arterias prostáticas es una nueva técnica con excelentes resultados clínicos, que no produce alteraciones en la función sexual por lo que está indicada como una alternativa a la cirugía de la próstata en pacientes con Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) que no mejoran con tratamiento médico y quieran conservar su fertilidad.
Ventajas
- Puede realizarse en próstatas aumentadas de cualquier tamaño.
- No tiene efectos adversos/secundarios.
- Toda la intervención se realiza por una pequeña incisión en la ingle de 2 mm.
- La mayoría de pacientes presentan unas molestias mínimas o nulas, y el alta hospitalaria es 24 Horas tras la intervención.
- No se producen disfunciones sexuales tras la embolización.
- Una cuarta parte de pacientes sintieron mejoría en su función sexual tras el procedimiento.
- Se realiza con anestesia local y ligera sedación.
- No hay pérdida de sangre ni necesidad de transfusiones. Se encuentra incluida dentro de la Unidad de Cirugía Sin Sangre del Hospital de Manises.
- No deja feas cicatrices y la recuperación es rápida.
- Mejora los síntomas en más del 95% de los pacientes.
- Permite la retirada de las sondas urinarias .
- Técnica incluida dentro de la Seguridad Social por la libre elección de Hospital (Hospital de Manises. Valencia).
La Embolización Protática en los Medios
Entrevista a Dr. Esteban en El Faro Mediterraneo TV.
En prensa
contra la hiperplasia benigna de próstata.»
próstata.»
Tras una década de estudios queda demostrada la eficacia y seguridad de la embolización prostática
Fuente de la noticia: A decade of PAE datademonstrates theprocedure’s safety andefficacy

PREGUNTAS FRECUENTES AL DR.
¿Esta cubierto por la Seguridad Social?
En Manises (Valencia, ESPAÑA) realizamos esta técnica cubierta por la Seguridad Social por lo que tienes que solicitar la libre elección de nuestro centro.